Diario La Nación – Fecha : 02 de Diciembre de 1999
Los principales dirigentes de la CGT propusieron ayer al presidente electo, Fernando de la Rúa, la creación de un consejo social integrado por representantes de las empresas, los sindicatos y el gobierno. Según la versión del secretario general de la CGT, Rodolfo Daer, De la Rúa se comprometiió a crear el consejo y a incluirlos en él. Según Alberto Flamarique, ministro de Trabajo designado, «es una idea que hay que explorar con todos los que serían integrantes de este consejo. Que no sea uno de esos consejos que no tienen la autoridad esperada». Después de casi dos horas de reunión, tanto De la Rúa y Flamarique como los representantes de la central obrera se fueron satisfechos del hotel Panamericano. «Fue un encuentro muy positivo», coincidieron Daer, Armando Cavalieri, Juan Manuel Palacios y Hugo Moyano. «Se mostró que ni la CGT ni el gobierno electo están pensando en buscar el camino de la confrontación. Por el contrario, quieren el diálogo y el acuerdo», afirmó Flamarique a La Nación.
Sin fantasmas
El objetivo central del presidente electo y de su futuro ministro fue logrado: aventar el fantasma de los 13 paros que le hizo la CGT al anterior gobierno de un radical, entre 1983 y 1989. Los sindicalistas, al mismo tiempo, lograron una confirmación de que conservarán el poder para negociar los convenios colectivos de trabajo.
Los gremialistas se comprometieron a no obstaculizar la gestión del nuevo gobierno -«no habrá paros si la política laboral y social es acordada», dijeron- y a definir la «agenda social» con el futuro ministro de Trabajo. Admitieron que sintieron como propio el gobierno que se acababa; De la Rúa les dijo que espereran un tiempo antes de hacer ese balance.
Los gremialistas pretenden equilibrar con el consejo social el poder que creen que tendrá el consejo asesor del ex banquero Fernando de Santibañes, amigo de De la Rúa. La versión de los aliancistas, en cambio, habla de la posibilidad de un organismo tripartito que se centre en cambatir el desempleo. El único reclamo gremial durante la reunión fue pedir al sucesor de Menem que la política laboral apunte al «trabajo justo con protección social». Se trató más bien de una declaración en medio de discursos formales. En el entrepiso del búnker aliancista se sentaron todos los sectores del sindicalismo (menemista, duhaldistas y combativo) pero no participó la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que conduce Víctor De Gennaro, con quien anteayer se reunió Flamarique.
Contacto directo
La CGT había pedido el viernes último al futuro titular de Trabajo tener un contacto directo con De la Rúa. En esa oportunidad, Flamarique había tranquilizado a los gremialistas con la promesa de que «no estaba en la agenda de la Alianza cambiar el modelo sindical». Según afirmó Daer a La Nación, esto fue ratificado ayer por el propio De la Rúa: «El presidente electo fue claro y nos dijo que no se va a meter con la estructura sindical». La CGT se opone a que se reconozca a la CTA como central sindical. Por eso, Daer ayer convocó a De Gennaro, enfrentado con los gremialistas de la sede de Azopardo, a integrar el consejo social que propone. No hubo definiciones sobre las medidas para combatir la desocupación ni se habló de los proyectos concretos de flexibilización en los que trabaja el equipo del futuro ministro de Economía, José Luis Machinea.
Agenda
El futuro ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, retomará el lunes próximo sus contactos con el sector empresarial luego de haber mantenido esta semana sendos encuentros con dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). El dirigente frepasista designado para hacerse cargo de la cartera laboral ya acordó para ese día, a las 11.30, una reunión con los integrantes de la Unión Industrial Argentina (UIA). Allí escuchará los reclamos y las sugerencias del sector.